Sé que mi Pueblo Feliz acabará como
trabajo cuando muera, lo que ocurra después con él, dependerá
si alguien con entidad lo quiera rememorar a través del tiempo.
Espacio y tiempo se suceden ante el objetivo quieto de la cámara, que
preservará el instante del lugar.
En el Pueblo Feliz no existen personas reales, son la impresión que realiza un sensor.
La humanidad no tolera la contemplación a causa de su inanidad ilusoria e irregular. La jaez de la especie provoca un hacinamiento abusivo, que la distancia de la sustantividad de la belleza y la verdad. El mundo no es feliz.
La belleza original es la creación en equilibrio y armonía con la naturaleza. La belleza está en los sentidos del observador, también ante el objetivo de la cámara inerte.
La belleza es un profundo esperar sin final. Entretanto el pueblo puebla patrias por si acaso.